Hoy decidimos reflexionar sobre aquellos inolvidables
días del pasado mes de mayo de 2013, por las huellas que dejaron en nosotros;
por todas las emocionantes horas y los maravillosos recuerdos que quedarán para
siempre en nuestras mentes y corazones; recuerdos vivos entre los organizadores
del FICAIJ, entre invitados, jurados, ponentes, aliados, asistentes y
participantes del Festival; sonrisas, pasos, estilos, miradas, besos y abrazos
que no se fueron, que se quedaron en nuestra Ciudad, entre nosotros y hoy nos
ayudan a seguir.
Entre el 19 y 24 de mayo, Mérida, Venezuela, se
convirtió en epicentro de importantes encuentros, se convirtió en un espacio
abierto para el ejercicio del diálogo, para el reconocimiento entre miradas
distintas que convergían en un lugar, a una hora, para una cita, para
escucharse y aprender a respetarse, se convirtió en un espacio educomunicativo,
y más allá de eso, en vida.
FICAIJ dijo “presente” en la Ciudad, la vistió de gala
con la presencia de miles de niños, jóvenes y adultos que llenaron durante 5
días las salas del Multicine Las Tapias. Las emociones se hicieron presentes
gracias a la programación y actividades ofrecidas; las sonrisas, las lágrimas,
la alegría, supieron presentarse cada día del Festival, a cada hora, a cada
minuto. Mérida tembló con los cientos y miles de pies que decididos se movían a
la sede del Festival. Y el FICAIJ se convirtió en un ser, en un ente, que nos
envolvía a todos, que nos hacía reír o llorar, que nos hacía impresionar,
cantar, bailar, comer. FICAIJ nos hacía regresar a esos días hermosos de
nuestra infancia, decía Yluhibeth Ortiz, directora del Festival de Cine y Vídeo
en secuencia de Maturín, acerca de su experiencia entre nosotros.
Estábamos apostando por la generación de nuevas
audiencias, por la difusión de cine y audiovisual diverso, hecho por o para
niños y jóvenes. Apostamos por el reconocimiento de la cultura del otro a
través de su narrativa, de lo que nos cuenta, de cómo nos lo cuenta. Apostamos
por acercar a niños, jóvenes y adultos a un audiovisual al que de otra forma no
tendrían acceso. Y todos ellos respondieron con su presencia inigualable, sus
energías particulares, únicas y magníficas. Y “¡Viva el Cine! ¡Vivan nuestras
historias!” se hizo el lema, el grito, la voz conclusiva de varios de los
encuentros y la clausura del Festival. La Fundación del Niño del Estado Mérida
puso su grano de arena: convocó a los más chiquiticos que alegraban el día a
todos con su especial marcha, tomados de la mano, en parejitas, para ver los
cortos o largos que ofrecía el FICAIJ. A más de uno supieron sacar una sonrisa.
Carmen Valencia, miembro organizador del Festival,
había hecho una importante labor semanas antes. Era la vocera y quien convocaba
con voz nada tímida y valiente a las más de 20 Instituciones Educativas
públicas del Estado Mérida. Más de 10 y otros Colegios se sumarían por su
propia cuenta al Festival o para los estrenos de los cortos producidos meses
antes a través del programa titulado “FICAIJ va a niños y jóvenes”. Entre
algunas de ellas: C.E. Eleazar López Contreras; E.E. Ramón Reinoso Núñez; E.E.
Marcolina de Lamus; E.E. Josefa Molina
de Duque; E.E. Eloy Chalbaut Cardona; E.E. Simón Rodríguez; E.B.E. Miguel de
Cervantes y Saavedra; E.E. Hipólito Elías González; E.E.B. Juan XXIII; E.E.
Juan de Arcos; E.E. José María Velaz; E.E. 15 de Enero; E.E. Cecilio Acosta; C.E.
Emiro Fuenmayor; E.B.E. Santiago Hernández Milanés; E.E. 5 de Julio; E.E. San
Buenaventura; E.E. Ramón Amador Fonseca; E.E. La Vega de San Antonio; C.E.
Eleazar López Contreras (Liceo); C.E. Emiro Fuenmayor (Liceo); Liceo Ezequiel
Zamora; Liceo Bolivariano Ejido; E.B. Vicente Dávila; Liceo Bolivariano Estado
Portuguesa y la Sala Cinemateca de Tabay.
Nos acompañaron también representantes de Argentina,
Brasil, Suráfrica y Cuba. Viajaron desde muy lejos interesados en conocer lo que se está generando en Mérida a través del FICAIJ. De Cuba recordaremos con
especial respeto y cariño a nuestro gran amigo y hermano Pablo Ramos, conocido
por nuestros niños y jóvenes como “Papá Pitufo”, a quien preferimos recordar
por siempre por su amable sonrisa, y por su empeño en la redacción, en el marco
del Festival, del llamado “Manifiesto de Mérida”. ¡Gracias Pablo, gracias!
Pablo desapareció físicamente el día viernes 24 de mayo, en horas de la noche,
en la Ciudad de Mérida. Pero nos ha dejado su sonrisa, su espíritu.
Miles son los nombres que deberíamos mencionar,
seguramente cometeremos el error de dejar por fuera a varios, de antemano
ofrecemos nuestras sinceras disculpas. Pero quisiéramos mencionar antes a las
delegaciones representantes de otras ciudades de Venezuela en el III FICAIJ.
Estas son: Maracaibo, Mene Grande, Ciudad Bolívar, Caracas, Barcelona, Maturín,
Valencia, y por Valera, Gabriel Méndez, joven de 16 años, ganador del concurso
“FICAIJ busca a Camarín”.
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